Button y Brawn GP hacen historia
La batalla comenzó con tangana en la salida. Jenson Button, autor de la 'pole', salió a defender su posición de líder a toda costa; no así su compañero. Rubens Barrichello engranó mal y fue literalmente devorado por Vettel, Kubica y Rosberg, que ya le esperaban con el acelerador pisado a fondo incluso antes del pistoletazo. Ferrari, consciente del potencial del BGP001, se lanzó también sobre el brasileño hasta alcanzarle en la primera curva. El KERS dio resultado, pero justo ahí empezó el baile, con el acoso de Felipe Massa a Barrichello. El brasileño de Brawn titubeó y en apenas tres segundos provocó el primer lío de la temporada. Webber, Heidfeld, Sutil y Kovalainen, que tuvo que seguir el resto de la carrera desde el box. De Alonso, ni rastro.
El piloto asturiano no consiguió sacar tajada del lapsus de Barrichello. Atacó con lo que pudo, pero terminó decimotercero tras un paseo por la grava de Albert Park. Y entre tanto estropicio, el reinado de Jenson Button. El piloto de Brawn GP aprovechó la ausencia de rivales para exprimir su revolucionario difusor y convirtió la carrera en un paseo militar sin más incidente que el provocado por Nakajima en la vuelta 18. El piloto japonés de Williams se tiró a fondo en una curva, pisó el arcén y acabó estrellado contra el muro. Otra muestra más de que el difusor es eficaz, pero no milagroso. El reguero de piezas azules y blancas obligó a los comisarios a abrir el semáforo al safety. Button decía adiós a su diferencia con Vettel y Kubica.
La nueva normativa permitía que los equipos pasaran por el pit-lane pese a la presencia del auto de seguridad en pista, pero la exigencia de los neumáticos lisos hizo flaco favor a Renault. Nelsinho Piquet, con las gomas frías, fue el damnificado: su auto se salió de la trazada en la vuelta 24 tras rozarse con el Williams de Nico Rosberg y concluyó su periplo austral con una estela la escapatoria de la primera curva. Todo lo contrario que Alonso, que concluyó sexto, y Lewis Hamilton, que protagonizó una de las grandes actuaciones del día. Partió con el compuesto superblando para asegurar el agarre y la buena temperatura y comenzó su escalada, favorecido por el estropicio de Barrichello al inicio y los problemas de sus rivales, y acabó con los duros cuando más se necesitaban. Al final, cuarto. Toda una lección
Aún más sorprendente que la abrumadora victoria de Button fue el duelo a muerte de Kubica y Vettel. A falta de tres vueltas para el final, el desgaste de los neumáticos del Red Bull era tan evidente que el polaco inició el ataque. La paciencia premiaba al piloto de BMW, pero el toro rojo del alemán no se dejó adelantar. En el primer acoso del centroeuropeo se rozaron los auto, se destrozó la aerodinámica y la carrera dijo adiós para ambos. También para el resto. Volvía el auto de seguridad, pero en el tiempo en que los organizadores limpiaron la pista, la cita se había acabado, revelando a un discreto Rubens Barrichello como subcampeón.
Al final, Brawn GP se adjudicó toda la gloria y dejó el infortunio en el garaje de Ferrari, que repitió el fracaso de 2008. Button y Barrichello monopolizaron Melbourne con un doblete al que se le puede poner un dato relevante: el cara a cara que el inglés tiene pendiente todavía con alguno de los grandes. Mientras tanto, disfrutará de su triunfo, y Hamilton y Alonso, entre dos aguas, tendrán que afinar para poder contener el empuje del primer líder de la temporada.
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